En este artículo mostramos los requerimientos edafoclimáticos generales para cualquier cultivo de aguacate. Como comentábamos al principio, para entender el aguacate es necesario entender su origen, ya que sigue manteniendo muchos comportamientos asociados a los lugares donde se desarrolla naturalmente como especie.
Si hablamos condiciones climáticas, la temperatura, la radiación y las precipitaciones son los más importantes. Por su parte, el viento y la humedad también deben tenerse en cuenta, ya que pueden influir notablemente en el rendimiento del cultivo. De hecho, algunas de estas características tienen influencias sobre otras. Por ejemplo, el viento puede reducir la humedad relativa, provocando la desecación de las hojas. Otro ejemplo es la distribución de las épocas lluviosas a lo largo del año. En las zonas originarias la temporada de lluvias abarca las estaciones de verano y otoño, mientras que en el clima mediterráneo la temporada de precipitación ocurre de forma contraria.
En cuanto al suelo, de nuevo observamos esa «añoranza» del aguacate por su lugar de origen. Si hubiese que destacar algo, sin duda, la sensibilidad al encharcamiento del aguacate. Por ello, la textura es quizás el factor más determinante del suelo en el que vayamos a cultivarlo.